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El horno ardient

Un programa demostrada por Don Francisco con invitados especiales, Nabucodonosor, Sadrac, Mesac y Abednego, quienes sobrevivieron el horno ardiente. Una lección en estando firmes por Dios sin importar las consequencias. (Una obra para seis: Anunciador, Huesped del programa, Rey Sadrac, Mesac y Abednego. El resto de la clase es la audiencia.)

TEMAS:

Obediencia, Estando firmes, Reputación 

MATERIALES:

5 sillas (4 sillas juntas para los participantes y una aparte para el huesped.)
Folleto de Obras [PDF] Haga click aquí

DURACIÓN:

Approximadamente 15 minutos

El horno ardient

Anunciador: “Buenas noches, damas y caballeros, y bienvenidos a nuestro programa. Hoy nuestros participantes serán: ¡Nuestro Rey! Nabucodonosor, y tres de sus sujetos reales, los sorprendentes, desfiantes de la muerte, Sadrac, Mesac y Abednego. Y ahora, ¡oigamoslo para nuestro huesped Don Francisco!”
   
Audiencia: “Chiflidos y porras”
   
(El huésped entra y se sienta en su silla)
   
Huésped: “¡Hola, hola! ¿Cómo están todos hoy? Tenemos un buen programa para usted, talves uno de nuestros mejores. Asi que, empezemos. ¡Todos demosle una mano a nuestro rey, Nabucodonosor!”
   
Audiencia: “Chiflidos y porras”
   
(Rey entra y se sienta en una de las sillas)
   
Huésped: “¡Bienvenido, O rey! Gracias por acompañarnos hoy.”
   
Rey: “El gusto es mio, que historia tan milagrosa. Ese fuego era...”
   
Huésped: “Esperese, o rey, llegaremos a la historia pronto, pero antes demosle la bienvenida a nuestros otros participantes. ¡Todos, porfavor denle un aplauso a Sadrac, Mesac y a Abednego!”
   
Audiencia: “Chiflidos y porras”
   
(Sadrac, Mesac y Abednego entran y se sientan en las sillas que sobran”)
   
Huésped: “¡Bien! Veámos, tenemos uno, dos, tres y cuatro. Maravilloso, todos nuestros participantes están aqui. Asi que mi primera pregunta va para nuestro rey. ¿Cómo se empezo esta maravillosa historia?”
   
Rey: “Empezó hace como tres semanas. Construí un gran estatua de oro. Era mas o menos 27 metros de alto y...”
   
Huésped: Espera, rey. ¿Dijiste 27 metros de alto? ¡Orale, si que era alto! Oh, lo siento, continue...”
   
Rey: "Bueno, como había dicho, constuí una estatua de oro. Despues hize la siguiente ley; que cuando la gente oyera el sonido de las trompetas, flautas y harpas juntas, tenian que incarse y adorar a la estatua, si no serian aventado al horno ardiente.”
   
Huésped: “Sadrac, que sucedió despues?”
   
Sadrac: “Pues, por su puesto, oimos el sonido de las trompetas, flautas y harpas, pero mis amigos y yo no nos arrodillamos a la estatua.”
   
Audiencia: “Boo, sonidos de desgracia”
   
Rey: “¡Lo se! ¡Lo se! ¡Por eso es que hize que calentaran los hornos siete veces más caliente!”
   
Huésped: “¡Siete veces mas caliente! ¿Dijiste siete veces? ¡Si está asi de caliente no puedes ni abrir la puerta del horno sin quedar completamente quemado!”
   
Mesac: “Muy cierto. De echo, los sirvientes que nos metieron se quemaron y murieron.”
   
Huésped: "Dime que no es cierto! Y que les paso a ustedes tres?”
   
Abednego: "Primero estabamos atados, y despues nos aventaron al horno. Pero aunque el fuego estaba asi de caliente, sabiamos que Dios estaría con nosotros.”
   
Rey: “Despues vi algo maravilloso. ¡En lugar de ver a tres personas en el horno vi a cuatro!”
   
Huésped: “¡Cuatro! ¿Cómo puede ser cuando solo metieron a tres?”
   
Sadrac: “No estabamos solos. Como dijo Abednego, sabiamos que nuestro Dios estaría con nosotros por nuestra obediencia.”
   
Huésped: “Pero no se murieron, verdad?”
   
Mesac: “No, si no, no estaríamos aqui!”
   
Audiencia: “ja ja ja y risas”
   
Mesac: “La siguiente cosa que oimos fue cuando el rey nos habló: Sadrac, Mesac y Abednego, sirvientes del Dios altísimo, salgan de ahi y vengan aca. Asi que lo hicimos.”
   
Abednego: “Ni un cabello en nuestras cabezas fue quemada. Nisiquiera oliamos a humo cuando salimos.”
   
Audiencia: “Orale y Ahh!”
   
Rey: “En realidad fue sorprendente. Asi que hice una nueva ley, que cualquiera que hablara contra el Dios de Sadrac, Mesac y Abednego serían matados, porque no hay otro dios que puede salvar asi.”
   
Huésped: “Pues, ya se nos acabó el tiempo por hoy. En verdad les quiero dar las gracias por esta historia sorprendente. Asi que recuerden el numero 1. Es un número importante porque como descobrimos hoy, solo hay un Dios vivo y verdadero y solo debemos adorarle a él. ¡Buenas noches!”
   
Anunciador: “Eso concluye nuestro programa por hoy. Asegurense de venir mañana para el programa de Don Franciso.”
   
Audiencia: “Chiflidos y porras”