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David y el Rufián

Una historia moderna acerca de David y Goliát que es muy común en muchas escuelas hoy en día. Esta vez David clama a Jesús delante del Goliát de drogas. (Obra para cuatro personas: Roberto, Juan, David y Leonardo el rufián.) por Valentina Anzueto

TEMAS:

Audacia, Atrevimiento, David, Estar Firme, Reputación, Valor 

MATERIALES:

Caja Pequeña
Folleto de Obras [PDF] Haga click aquí

DURACIÓN:

Approximadamente 20 minutos

Rufián

(Roberto está sentado a solas en una esquina del escenario. Juan está parado en la esquina opuesta mientras carga una caja pequeña. Leonardo el rufián camina hacia Roberto)
   
Leonardo: Oye Roberto, ¿lo trajiste? Y esta vez no quiero escuchar tus excusas tontas.
   
Roberto: Lo siento, pero hoy mi mama no me dio dinero y tu sabes que a mi no me gusta robar. Por favor no me pegues.
   
Leonardo: ¿Qué? ¡Has de estar bromeando! Yo te dije que tenías que pagar por tu propio bien. Ahora, oyeme bien Roberto. Si no traes el dinero mañana, te voy a lastimar tanto que no lo vas a poder olvidar. Deben venir con un mejor plan aun si tienes que robarle a tu mamita. ¿Me entiendes?
   
Roberto: Si claro… te traeré el dinero mañana.
   
(Leonardo el rufián camina hacia Juan y se para a su lado)
   
Leonardo: ¿Oye, por qué solo estás parado aquí? ¿Cuántos de esos paquetes has vendido hoy?
   
Juan: Hoy no he vendido ni uno. Alguien les está diciendo que no compren.
   
Leonardo: ¿Qué? ¡Como se atreve! ¿Quién es ese niño? ¡Dime ahorita!
   
Juan: Pues, oí que su nombre es David y que es nuevo aquí. Acaba de llegar hace unos días.
   
Leonardo: ¿Así que el piensa que el solo puede venir a MI escuela y hacer lo que quiere hacer? Pues voy a enseñarle una lección y voy a mostrarle quien es el jefe.
   
(Leonardo se va del escenario y Roberto camina hacia Juan y luego David camina hacia ellos.)
   
David: Hola, ¿cómo están?
   
Roberto: No tan bien. ¡Ese rufián me dijo que me iba a lastimar tanto que no lo iba a poder olvidar!
   
Juan: Si, el me hace vender estas drogas y solo puedo imaginar lo que va a pasar si no los vendo.
   
David: Pero eso no está bien. Tienen que decirle a tus padres o tus maestros.
   
Roberto: ¡Claro! Sería pero si hacemos eso.
   
David: Tiene que haber una solución. Yo voy a pensar en algo, pero en lo mientras, vamos a orar. Para que Dios los tome en Sus manos y que los ayude de verdad.
   
Juan: ¿Orar? Nunca he orado en mi vida. Ni se como orar.
   
David: Pues es muy simple. Es como hablar con tu mejor amigo, pero estás hablando con Dios. Si quieren, podemos orar ahora.
   
Robert & Juan: Claro, vamos a hacerlo.
   
David: (Orando) Señor Jesús, gracias por tu amor y por tu protección. Por favor danos la fuerza para pelear contra el enemigo. Señor, esperamos y confiamos en que nos vas a ayudar a encontrar una solución para nuestros problemas. Te pedimos esto en tu nombre. Amen.
   
(Leonardo camina hacia los tres niños y señala un dedo a David y Roberto y Juan corren del escenario.)
   
Leonardo: ¿Así que tu has de ser el que está arruinando mi negocio?
   
David: ¿De qué estás hablando? Yo no he arruinado tu negocio, yo solo les estaba hablando acerca de Jesús.
   
Leonardo: ¿Jesús? ¿Quién es el?
   
David: El es mi amigo que me ama y que me anima. Y me da regalos que ni siquiera tengo que pagar.
   
Leonardo: ¿De qué estás hablando? ¿A qué te refieres con regalos que no tienes que pagar? ¿Es caro o algo así?
   
David: No, yo no fumo, pero si le pago con mi obediencia y con mi amor.
   
Leonardo: ¿Quién es ese Jesús? ¿Lo conozco yo? ¿Va a ésta escuela?
   
David: De hecho, El si viene a la Escuela. El quiere mucho a los niños que están aquí y a El no le gusta lo que les están diciendo lo que tienen que hacer. Además de eso, El te ama a ti también y sabe porque lo estás haciendo. El sabe que tienes muchos problemas y el sabe porque actúas de esa manera.
   
Leonardo: (Doblando sus brazos) ¿En serio?
   
David: Si pero lo que tu no sabes es que no tienes que hacer cosas malas para ser popular. Para Jesús, tú ya eres popular. ¿Sabías que el también tiene muchos regalos para ti también y son gratuitos? Todo lo que tienes que hacer es recibir los regalos.
   
Leonardo: Yo no creo que hay alguien así. Todos los que yo conozco me cobrar o tengo que ganar lo que quiero recibir. Nadie me ama tanto solo para darme cosas.
   
David: Pues Jesús si te ama. El te ama tanto que el murió por ti. Ese es el regalo más grande.
   
Leonardo: ¿A qué te refieres con que se murió por mí? ¿Estás loco? Nadie puede morir por alguien.
   
David: Nadie puede, solo El lo hizo. Jesús murió para que tu y yo pudiéramos vivir. Jesús pagó el precio por nuestros pecados. El murió para que tu y yo estuviéramos felices para que no tuviéramos que hacer cosas malas.
   
Leonardo: mmm, eso suena muy bien. Honestamente no sabía que había alguien que me amaba tanto. Yo pensé que no valía nada. ¿Cómo puedo conocer a éste Jesús?
   
David: Pues si lo quieres conocer, vas a tener que aprender a vivir en una manera diferente, la manera es que El quiere que tu vivas.
   
Leonardo: Tienes razón, yo si tengo muchas problemas y es por eso que actúo mal pero si quiero conocer a éste Jesús. Talvez puedo cambiar. ¿Me puedes ayudar?
   
David: Claro, podemos empezar con una oración. Repite después de mí… Señor Jesús, quiero conocerte.
   
Leonardo: Señor Jesús, quiero conocerte.
   
David: Quiero que me enseñes a ser un niño bueno.
   
Leonardo: Quiero que me enseñes a ser un niño bueno.
   
David: Por favor entra a mi corazón y salva mi vida. Amen
   
Leonardo: Por favor entra a mi corazón y salva mi vida. Amen
   
(David sale del escenario y Roberto camina cerca de Leonardo)
   
Leonardo: Oye Roberto, ven aquí. ¿Cómo estás?
   
Roberto: (Moviéndo hacia atrás) Lo siento pero aún no tengo el dinero. Por favor no me pegues.
   
Leonardo: (Sonriendo) No, no tengas miedo, no te voy a pegar. Lamento la manera en que te traté. Encontré que Jesús me ama y que cuida de mi. Le pedí que entrara a mi corazón y que me cambiara. Ahora soy una persona nueva.
   
Roberto: Pues si pareces ser diferente.
   
Leonardo: ¿Y sabes que? El te ama a ti también y el te puede salvar como el me salvó a mí. Jesús es un amigo que nunca nos va a fallar.