La Ruina del Atlantis
Se nos ha dado el regalo precioso de tiempo, no podemos ni debemos gastarlo.
Por Danny Faris
TEMAS:Responsabilidad, Decisiones, Ser Como Dios DURACIÓN:Approximadamente 10 minutos |
Era muy frío esa mañana en octubre cuando el Atlantis empezó a navegar en su viaje largo. Bueno no exactamente navegó porque era un barco de vapor. ¿Pero no creen que suena mejor decirlo así?
El Atlantis traía una carga de madera de troncos para una tierra lejana. Estaba completamente llena de bloques de madera grandes y secos para un proyecto de construcción. Los troncos estaban muy pesados y el viaje iba a ser muy lejos. Pero el capitán y su tripulación habían tomado este viaje varias veces y de verdad que amaban el mar con sus olas gentiles, las brisas del océano frío y la salpicadura de los pescados y otras criaturas del mar. ¿Saben qué? No disfrutaban nada más que pasar varias semanas encima del agua calmada y casi como un espejo.
Solo unos días afuera de un puerto local, el clima tomó un turno por lo peor. Las olas gentiles que la tripulación amaban tanto se hicieron altas y feroces. Las brisas del océano se hicieron fuertes y frías y las salpicaduras de los pescados desaparecieron y clavaron a la profundidad del agua para buscar refugio de la tormenta que crecía.
Al principio era solo una borrasca del Este. Eso pasaba de vez en cuando aquí en el agua abierto. No era nada, pero ésta vez, muy tarde en la noche, los mares fuertes seguían. De hecho, las olas parecía empeorar y nadie pudo dormir y en la mañana la mayoría de la gente que estaba en el barco de vapor estaban cansados y ansiosos.
El capitán también estaba preocupado. El había estado en el mar por muchos años y el era una hombre quieto y con calma cuando estaba en el agua brusco. Pero había algo con esta tormenta y era algo que el no podía explicar y eso lo preocupó. El Atlantis se metió más y más en el viento enojado y el capitán sintió escalofríos muy profundamente en sus huesos y el no lo pudo resistir y sabía que algo horrible iba a pasar.
Bang! Bang! Con un rugido terrible, los troncos pesados que estaban en la bodega del barco se escaparon de las cuerdas y rodaron como cuando el trueno aplaude. El capitán saltó a sus pies y sus ojos miraron a todas partes y esta fue la primera vez que tuvo miedo. El supo que la tormenta iba a pasar…pero eso no iba a ser el problema. Si no podía amarrar los troncos rápidamente, la carga pesada iba a cambiar de un lado del barco e iba a hundirse.
Cada hombre en el barco estaba en la bodega y estaban apilando los troncos y tratando de amarrarlos de nuevo. Pero las olas crecían más y más y estaba aventando el barco como si era un barco de juguete en una tina No valía la pena, porque simplemente no había tiempo de apilar los troncos. Estaban yendo a un lado del estribor rápidamente y los hombres ya no los podía apilar. Ya no había tiempo. El viento alcanzó su enojo y estaba azotando las olas en las montañas de agua. Ya no tenía poder para pararlo así que los hombres miraron mientras los troncos cayeron al lado del fletador. La siguiente ola los atrapó y el barco desesperado cayó sin balanza. Con un rugido brumoso, el Atlantis Poderoso rodó fuertemente en el estribor, se lanzó a su lado y se hundió debajo de las olas que estrellaban.
(Un final dramático para el Atlantis sería al tener una idea buena. Yo tuve un pilar hueco y tiré mi barco de juguete adentro. Era un efecto bueno mientras el barco desapareció y cayó en el hueco con un sonido fuerte.)
Diga: Si tan siquiera los hombre tuvieran más tiempo para trabajar. Si solo la tormenta no hubiera sido tan fuerte. Si solo, si solo, si solo hubieran tenido más tiempo.
Así como el Atlantis no tuvo buena suerte, nosotros solo tenemos una cierta cantidad de tiempo en este mundo. ¿Sabes? Dios nos ha dado un número de años para hacer Su voluntad aquí en la Tierra y luego si nosotros hemos confiado en Dios como nuestro salvador, el nos va a llevar con el y nuestro tiempo va a terminar aquí.
Pero nuestro trabajo aquí no es sin esperanza como lo era la tarea del Atlantis y de su tripulación. Para nada, nosotros si tenemos suficiente tiempo y Dios nos ha dado el tiempo que necesitamos para hablar de las buenas nuevas de la salvación del nuestro Señor. Tenemos suficiente tiempo para ayudar a nuestros amigos, familia y la iglesia. Hemos recibido tiempo precioso y no debemos gastarlo. Así que vamos a dejar de vivir nuestras vidas tratando de hacernos felices. En vez de eso, debemos vivir de la manera en que Dios quiere que vivamos, y eso es al hacer cosas que El nos llama a hacer en Su
Palabra.
Un estudiante puede buscar 1 Timoteo 6:12: "Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eternal, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos." (Reina Valera 1960)
Diga: ¡Exáctamente! Debemos pelear la buena batalla y correr la carrera por medio de seguir el plan que Dios tiene para nuestras vidas. No debemos gastar ni una oportunidad de ayudar a alguien o de decirles a otros que Dios les ama.
Lee Mateo 19:23: "Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos.” (Reina Valera 1960)
Explícales que éste versículo no significa que un hombre o una mujer rica no pueden pasar la eternidad con Jesús, sino que significa que no debemos hacer que el enfoque de nuestras vidas sea de atesorar tesoros en la Tierra. Sino que debemos trabajar para guardar tesoros en el Cielo… y que podemos completar eso por medio de hacer lo que Dios quiere que hagamos por el tiempo que estemos aquí.